¡Ya estamos en Salou! Ayer fue un día de viaje largo, pero lleno de ilusión y con muchas ganas por parte de todo el grupo. A las 8:30 de la mañana estábamos ya en Gasteiz, con las maletas listas y la energía a tope. Aunque la hora prevista para la salida era un poco más tarde, el equipazo que formamos entre los 6 socios y 7 monitores no se hizo esperar: cargamos maletas y material en tiempo récord, y para las 9:15 ya estábamos en ruta hacia nuestro destino.
A eso de las 12:00 hicimos nuestra primera y única parada en Sabadell. Aprovechamos para estirar las piernas, comer algo y pasar por el baño. Sobre las 13:15 retomamos el viaje. Quedaban unas 2 horas y media por delante, que se nos hicieron un poco más largas… ¡las ganas de llegar podían con todo!
Finalmente, sobre las 17:00 llegamos al hotel. Rápidamente descargamos todo el material y lo dejamos en recepción mientras organizábamos las habitaciones y el reparto logístico. Algunos socios aprovecharon ese rato para descansar un poco en las habitaciones: hubo quien se relajó con música, otros con la tele o el móvil… Un merecido momento de pausa después del viaje.
Ya con todo colocado y cada persona en su habitación, bajamos a la zona de la piscina (aunque sin bañarnos todavía) para jugar a juegos de mesa: parchís, UNO, cartas… Fue un rato muy divertido y tranquilo.
A las 20:30 nos fuimos a cenar. Nos sentamos en dos mesas de seis personas, y aunque el comedor estaba bastante lleno, estuvimos muy a gusto compartiendo la cena. Tras ese momento, muchos ya nos pedían meterse en la cama casi a gritos… Así que obedecimos encantados: para las 22:30 todos estaban en sus camas, descansando y recargando pilas para el segundo día.
¡Un primer día genial! Seguiremos contando más muy pronto.
¡sol, piscina, paseo y… BINGO!
¡Qué bien dormimos después del viaje! Ayer comenzamos el día con muchas ganas (y bastante hambre, la verdad). A las 9:00 ya estábamos en el bufet del hotel, listos para desayunar. Aunque había alguna que otra cola, la espera mereció la pena porque desayunamos muy rico.
Después del desayuno, subimos a las habitaciones para un pequeño aseo y, sobre todo, para preparar lo más importante del día: ¡la mochila piscinera! Toallas, gafas de sol, crema, flotadores, churros… Todo listo para disfrutar de una mañana tranquila (aunque movida) en la piscina del hotel.
Nos dimos varios chapuzones, cambiamos de sitio mil veces entre el sol y la sombra, y no paramos ni un minuto. Fue un rato súper agradable en el que no faltaron las risas, los juegos y el buen rollo. Justo antes de comer, aprovechamos para darnos el último baño y recargar energía con una buena comida a las 14:00. ¡Estábamos hambrientos!
Después de comer, toco siesta. Y qué bien sentó… El cuerpo lo pedía y lo agradeció, porque por la tarde teníamos planazo: ducha rápida y paseo entre los chiringuitos hasta la playa, donde nos tomamos un refresco con unas vistas espectaculares. Empezamos ya a recopilar anécdotas, historias y momentos para el recuerdo.
Ah, ¡y algo importante que no se nos puede olvidar! Ya tenemos amigo invisible 🤫. Ahora toca estar muy atentos para ser el mejor amigo invisible posible… ¡Esto promete!
La tarde continuó con más actividades. Tras el paseo y el refresco, volvimos al hotel para cenar. Y aunque parecía que el día se iba a acabar ahí… ¡aún quedaba la traca final! Bajamos a la piscina para jugar al BINGO. No hubo suerte esta vez: ni línea ni bingo… Pero la emoción estuvo asegurada.
Eso sí, mientras jugábamos, a más de uno le empezaban a pesar los párpados… Así que, una vez terminado el bingo, tocaba subir a las habitaciones. Aunque… justo al terminar ¡pusieron música! Y claro, nos animamos a dar algún que otro paso prohibido para cerrar el día por todo lo alto 😄
Un día maravilloso, lleno de sol, agua, risas y momentos compartidos. ¡Y con muchas ganas de seguir sumando experiencias!
Acantilados, mar, risas… ¡y un poco de ABBA!
¡Ayer vivimos uno de esos días que no se olvidan! Empezamos la mañana con un precioso paseo por los acantilados de Salou, disfrutando del paisaje, el buen tiempo y la brisa marina. Nuestro destino era la playa de Capellans, y para nuestra alegría… ¡teníamos bandera verde! Eso significaba que podíamos bañarnos sin problema, y no desaprovechamos la oportunidad.
Con la ayuda de la silla anfibia y el equipazo de monitores, conseguimos que todos los socios pudieran meterse en el agua y disfrutar de un baño espectacular. Fue un rato muy especial: salpicados por las olas, entre risas y alguna que otra ola traviesa, nos lo pasamos genial… aunque acabamos bastante cansados jejeje.
Después del baño, regresamos al hotel con mucha hambre, directos a comer. Una ducha y una buena siesta… y vuelta a la calle con una nueva misión: ¡comprar los regalos del amigo invisible! Muchos ya tenían claro lo que iban a comprar, así que fue un paseo muy entretenido entre tiendas y confidencias.
Y para cerrar el día como se merece, nos fuimos a cenar al malecón. Pedimos unas pizzas riquísimas y, de postre, unos churros que nos supieron a gloria. Fue una cena divertida, llena de anécdotas, bromas y momentos de esos que hacen piña en el grupo.
Pero todavía quedaba una sorpresa: de camino al hotel, nos colamos ¡con permiso, claro! en otro hotel donde estaban haciendo un espectáculo musical de ABBA. Fue el broche de oro del día. Cantamos, bailamos y nos lo pasamos en grande.
Después de eso, ahora sí, nos fuimos directos a la cama. Estábamos agotados… pero felices.
Lluvia, pintacaras y una fiesta improvisada
Ayer el día amaneció pasado por agua… ¡y no precisamente de mar! La lluvia nos acompañó durante toda la mañana, así que tuvimos que reorganizar nuestros planes. Pero eso no fue ningún problema: nos adaptamos y montamos un plan alternativo que terminó siendo muy especial.
Pasamos la mañana en el hotel, disfrutando de juegos de mesa, risas y muy buenos ratos. Además, organizamos nuestra propia actividad de pintacaras, ¡y fue mágica! Caritas de colores, purpurina, creatividad… y mucha ilusión. También aprovechamos la mañana para hablar con las familias y contarles cómo íbamos.
El hotel organizó un juego de puntería y, por supuesto, nos apuntamos. ¡Cómo nos gusta participar en todo! Y como si fuera poco, nos montamos nuestra propia fiesta/karaoke improvisada, donde no faltaron las canciones, los bailes ni las risas. Fue una mañana diferente y muy divertida. Ah, y casi se nos olvida mencionar que algunos incluso hicieron un poco de deporte y estiramientos… ¡no hay quien nos pare!
Después de comer y de una siesta reparadora, la lluvia dio una tregua. Así que aprovechamos para salir a dar un paseo. Disfrutamos del aire fresco, nos sacamos unas cuantas fotos por el camino y terminamos la salida tomando algo todos juntos en una terracita. Un plan tranquilo, pero muy agradable.
De vuelta al hotel, algunos aprovecharon para hacer algún que otro recadito secreto… 😉 ¡El amigo invisible sigue muy presente!
Después de cenar, nos quedamos en el hotel para disfrutar de un espectáculo de baile que fue una pasada. ¡Qué arte y qué gustazo ver a esos artistas en acción! Aunque algunos ya acusaban el cansancio de la semana y optaron por ir directamente a dormir. Y es que… ¡los días están siendo intensos!
Seguimos disfrutando a tope, adaptándonos a lo que venga y compartiendo momentos únicos.
¡Port Aventura y cumpleaños feliz!
¡Y por fin llegó uno de los días más esperados del viaje… Port Aventura! La emoción se notaba en el ambiente desde primera hora, aunque empezar no fue tan fácil como esperábamos: nos costó un poco más de lo normal comprar las entradas, pero como siempre, con paciencia y trabajo en equipo, lo conseguimos. ¡Y para dentro!
El día comenzó nublado, pero poco a poco fue saliendo el sol… y con él, un calor y una humedad intensos. Pero entre tanta emoción, atracción arriba y atracción abajo, ¡ni lo notamos! Además, tener atracciones como el Tutuki Splash nos vino genial para darnos un chapuzón y refrescarnos a tiempo.
Ah, y no se nos puede olvidar algo súper importante: ¡ayer fue el cumpleaños de nuestro gran Iban! Desde el desayuno empezó la celebración con canciones, risas y una banda de cumpleaños que llevó puesta todo el día. Fue muy bonito ver cómo todo el mundo en el hotel le felicitaba al verle. Más feliz, imposible. Y claro, no se puede pedir un plan mejor para celebrar el cumple que en Port Aventura. ¡Lo pasó genial! Bueno, lo pasó genial él… y todos. Porque, la verdad, fueron todos súper valientes, se animaron con atracciones que no esperaban, y disfrutaron a lo grande. ¡Menudo subidón!
A eso se las 14:00 hicimos una parada para comer el súper picnic que nos había preparado el hotel y recargar pilas. Luego, a las 17:00, fuimos a ver un espectáculo llamado “Un viaje fantástico”. Fue increíble. Un show que nos encantó a todos y que además nos sirvió para coger algo de aire antes de seguir con el resto del día.
Sobre las 20:00 volvimos al hotel: ducha rápida, y directos a cenar con muuucha hambre. Pero todavía quedaba una sorpresa… Preparamos un pequeño detalle para Iban: globos, tarta, una tarjeta regalo, y por supuesto, ¡otra ronda de cumpleaños feliz! 🎉
Después de eso, ahora sí, todos directos a la cama. Estábamos derrotados… pero felices.
Un día increíble que seguro que tardaremos mucho en olvidar.
arte, piscina y una pista de baile llena de alegría
Después del gran día en Port Aventura, ayer el cansancio se notaba más de lo habitual… ¡y no era para menos! El cuerpo pedía un poco de calma, así que aprovechamos para tomarnos el día con más tranquilidad.
El tiempo no acompañaba mucho por la mañana, el cielo estaba nublado, así que decidimos bajar a la zona de la piscina, pero no para bañarnos (aún). Pusimos música, sacamos todo el material… ¡y nos pusimos manos a la obra con una manualidad! Fue una actividad muy entretenida, creativa y sobre todo, muy a gusto. Cuánto arte hay en este grupo, ¡de verdad!
Cuando terminamos, el bochorno empezó a notarse bastante, así que no nos lo pensamos dos veces: ¡directos a darnos un chapuzón! Fue breve, pero suficiente para refrescarnos y llenarnos de energía antes de ir a comer. Después de una comida rica, tocaba lo que el cuerpo más pedía: siesta. Y fue muy bien recibida.
Por la tarde, como el sol decidió salir por fin, volvimos a la piscina para aprovechar el buen tiempo. Aunque al rato volvió a nublarse, la decisión fue acertada: nos lo pasamos suuuper bien. Juegos, chapuzones, música, y muchas risas.
Después de cenar… ¡más planazo! Fuimos a la animación del hotel, y conseguimos primera fila. Cuando empezó la música bailable no lo dudamos: nos lanzamos al centro de la pista y estuvimos una hora entera sin parar de bailar. Fue un rato increíble, lleno de energía y de conexión. Algún que otro socio decidió retirarse un poco antes para ir a descansar, pero el resto aguantó hasta el final del espectáculo.
Y lo mejor de todo: ¡hicimos nuevos amigos! Momentazos que quedan para siempre.
Increíble todo lo que estamos viviendo.
cumpleaños, corbatas y un final redondo
Ayer arrancamos el día con energía y muchas ganas, porque teníamos un plan muy especial: ¡celebrar el cumpleaños de Samu y José! Desde el desayuno ya empezamos con las canciones, las risas y hasta un tren de masajes que se convirtió en tradición improvisada. Un comienzo de día alegre y muy compartido.
Después, bajamos a la piscina para darnos los últimos chapuzones del viaje. Aprovechamos ese rato también para firmar y dedicar unas palabras bonitas en un papel para los cumpleañeros. Un detalle sencillo, pero muy sentido.
Tras la comida, como es costumbre… siesta obligatoria. El cuerpo lo agradeció, que por la tarde venía cargadita: ducha, maletas y… ¡a ponerse guapos para nuestra última cena! Bajamos todos bien limpios, arreglados y con nuestro complemento estrella: la corbata diseñada por cada uno de nosotros. ¡Qué estilazo y qué originalidad!
Después de cenar, aún quedaba lo mejor. Volvimos a la piscina para rematar la celebración de los cumples, entregar un detallito y… llegó el momento más esperado: ¡el amigo invisible! Qué bonito fue. Nos emocionamos, nos sorprendimos y, sobre todo, nos dimos cuenta de lo atentos y detallistas que hemos sido todos. ¡Un cierre perfecto!
Y por si fuera poco, para terminar el día decidimos (los socios 😉) ir a un chiringuito a tomar algo todos juntos. Nuestro último cóctel compartido, brindando por todo lo vivido. Llegamos más tarde que ningún otro día al hotel, pero valió la pena.
Un día redondo para cerrar una semana inolvidable
despedida, y vuelta a casa
Hoy sí que sí… tocaba despedirse.
La mañana ha sido movidita: subir y bajar maletas, recoger material, revisar que todo estuviera en orden… ¡un no parar! Pero aun con todo el lío, hemos sacado tiempo para dar un paseo, recibir al grupo 2 y hasta echarnos unos cantes con un señor que se animó con la guitarra. 🎸 Fue un momento muy divertido, y aunque el reencuentro con el otro grupo fue breve, hizo ilusión vernos.
El resto del día lo hemos pasado en el autobús, ya de vuelta a casa. Ha habido un poco de todo: charlas, música, alguna que otra cabezada, más canciones… ¡y muchas ganas de llegar a Gasteiz!
En la parada hemos salido a estirar las piernas, aunque el calor nos dejó fritos 😅. Aprovechamos para comer (ya sabéis, eso nunca falla), pasar por el baño y seguir con el último tramo del viaje.
Volvemos cansados, sí, pero con la mochila cargada de momentos increíbles, muchas risas y recuerdos para rato.
¡Hasta la próxima!
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