Un clásico en nuestras vacaciones es ir a la Fundación Carriegos en León. Nos conocemos todos desde hace muchos años, y siempre dejamos un hueco en nuestra planificación para disfrutar de una sesión de equinoterapia.
¡Qué ilusión nos hizo volver a ver a todos nuestros amigos y amigas! Conocimos cómo viven los caballos, los limpiamos y, por supuesto, los montamos.
Terminamos el día jugando con agua y haciendo un precioso collage con caballos. Muchas gracias una vez mas a todo el personal de la fundación, que ya son amigos. ¡Volveremos a visitaros!
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