Nos levantamos con ganas de ejercitar nuestros cuerpos serranos y después de un buen desayuno en vez de ir a sudar al gimnasio preferimos pasar el día a remojo. Por la mañana, nos fuimos a nuestra gran piscina en la cual nos zambullimos cual peces de agua dulce para paliar el sofocante calor, al que no estamos acostumbrados en Vitoria. Un señor nos dejo su silla adaptada para salir de la piscina y nos facilitó enormemente la labor, así que al rato nos preparamos rápido para comer y ir a la playa a seguir tonificando nuestros músculos. Llegamos allí con curiosidad de que íbamos a hacer en el mar, y nos dieron la sorpresa. Nos pusimos todos los chalecos salva vidas y nos trasladaron en una silla con ruedas hasta el mar, después de un rato en remojo nos acercaron las canoas y nos fuimos subiendo a ellas de 2 en 2 socio monitor y comenzamos a remar a la deriva. El día fue tan agotador que ni siquiera fuimos a tomar unos refrescos después de cenar, por eso decidimos irnos a la cama pronto para tener fuerzas el siguiente día.
Primer jueves de las colonias y llegó uno de los platos fuertes de la semana. Fuimos a pasar la mañana a un sitio precioso, la Granja de Usama en Arkaia. Allí nos esperaba Juan para hacernos un recorrido por la granja y visitar a todos los animales, que nos esperando algo hambrientos, la verdad 😂. Vimos cabras, burros, caballos, conejos, gallinas, ocas, gatos y pavos reales. Los pudimos tocar e incluso coger en brazos. Fue muy emocionante. Protegidos del sol, y es que hizo una mañana muy calurosa, estuvimos todo el tiempo muy bien acompañados por Juan y el resto de trabajadores de la granja. Estuvieron muy pendientes de nosotros y nosotras durante todo el recorrido, y nos trataron con muchísimo cariño. Nos marchamos encantados y deseando volver. Por la tarde, y para soportar el solazo, hicimos un plan super divertido, una guerra de agua con globos, pistolas y pulverizadores. Fue genial y nos reímos muchísimo. Alguno que otro ha acabado mojado hasta
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